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                        Sebastián Benítez: “Es un trabajo sacrificado que da sus frutos”
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  • Sebastián Benítez: “Es un trabajo sacrificado que da sus frutos”

  • Sebastián Benítez (36 años) es la tercera generación de tamberos en su familia, que ya pasó los 50 años como remitente a Conaprole. Hace tres años se hizo cargo del establecimiento en la zona de Villa Vieja, Florida. Maneja una superficie total de 800 hectáreas, todas arrendadas en tres predios distintos. Actualmente ordeña unas 300 vacas bajo un sistema pastoril con un promedio diario de 24 litros. En entrevista con el médico veterinario habló sobre cómo está viendo hoy el negocio de la lechería y por qué está convencido de que es un buen negocio tener un tambo, aun en campos arrendados. Antes era más común tener contratos más largos, a 10 años. Sin embargo, después del auge de la agricultura y la dolarización de las rentas (en lugar de estar fijadas en litros de leche), los contratos se han ido acortando en el tiempo. Entonces, quizás todos los años tenés que estar negociando con uno u otro propietario. No. En uno de los campos que tenemos arrendado —que está más alejando—, a unos 5 km, hacemos algo de ganadería de carne, además de la recría y reservas. Es un predio donde también tenemos mucho campo natural, por eso también surgió la necesidad de incursionar en la ganadería de carne para ir diversificando. Hacemos algo con alguna vaca de invernada y también con los repasos del tambo con Angus después de inseminar con semen sexado. Básicamente utilizo el servicio de administración para algunos pagos y después algo de maquinaria, porque la mayoría de los trabajos los hacemos con maquinaria propia. El servicio de retro y la estercolera son otros de los que también utilizamos. Por suerte ahora el clima nos ha ido acompañando, estamos cerrando una primavera un poco mejor de lo que fue el inicio. Quizás hoy no tenemos una recuperación total por un tema del precio de la leche. En mi caso personal, hace relativamente poco (tres años) que estoy a cargo del tambo familiar. Antes trabaja un poco ayudando a mi padre y también realizando trabajos para productores. Está claro que es un negocio con muchas fluctuaciones. La política familiar que tuvo mi viejo fue la de prácticamente trabajar sin deudas y se ha continuado hasta ahora. Sí tomamos créditos durante la última sequía para comprar reservas y así poder mantener la producción de leche. Hoy creo que sí, más que nada mirando el futuro de la empresa. En pos de buscar cierta estabilidad me animaría a tomar esos créditos. En su momento dudamos de realizar inversiones en agua en un predio arrendado, pero eso fue lo que luego nos ayudó mucho a sobrellevar la seca. Pero claramente cada vez que vas a hacer una inversión en planchadas, en corrales de espera, son todas decisiones que ha costado tomarlas, porque no son campos propios. Está claro que para estar en la lechería te tiene que gustar el rubro y entender. Es un trabajo sacrificado que da sus frutos. Hoy veo difícil arrendar un campo para ganadería y poder vivir de eso. En mi caso me siento más cómodo haciendo lechería. Además, cuando uno compara los números con otros rubros, la lechería aparece como más rentable. Si alguien hoy me consultara si hacer ganadería o lechería en un predio arrendado, no dudaría en sugerirle el tambo. El tambo tiene ese movimiento de caja que no tiene prácticamente ningún rubro. Cuando tenés que arrendar un campo, por ejemplo, eso es fundamental. Hace poco que estoy directamente involucrado a cargo de un tambo y he sacado muchos números. Estoy en el proyecto de Producción Competitiva de Conaprole. Eso de alguna forma me permite ir mirando mes a mes cómo se va comportando la economía. Hoy en mi caso claramente es más negocio el tambo que la parte de ganadería que manejo como complemento.

  • 2023-11-29T23:18:35+00:00

  • tardaguila.uy